domingo, 6 de julio de 2008

Cambiar de vida.



Las extraordinarias dotes narrativas de Rubén Blades volvían a fascinar y conmover a partes iguales con Sicarios. En uno de sus discos más “para adentro” y en el que daba con una suerte de sonido “panamericano” hilvanado con cuerdas y percusiones, aún quedaba hueco para informar y para denunciar. Quizás su mejor relato musical desde Desapariciones.

sábado, 5 de julio de 2008

Convivir con el SiNo.

El nuevo disco de Café Tacvba es una obra emocionante por su sinceridad y carencia de ironía. Por su falta de complejos y por su ambición justa. Siendo que ya hace siete u ocho años, ofrecieron el “sonido del futuro” en una hábil depuración de su lenguaje sonoro y asunción sutil de los ritmos locales, hoy discurren libres, unas veces reiterándose en algún discurso y aplicándose a las tendencias más actuales, y otras, sorteando límites sin forzarlos. Se reparten las voces más que en anteriores entregas, consolidando nuevamente la idea de cómo la singularidad de cada uno de sus cuatro integrantes puede insertarse en un todo único, reivindicativo de la entidad como “banda de amigos”.

Temáticamente hay en Sino una mirada sin disimulo a sus comienzos, asumiéndolos en aciertos y errores, con mucho cariño y sin pedir disculpas si se antojan algo nostálgicos. Y reinciden en ese “humanismo de la imperfección”, la búsqueda del fin sanador o cuando la perdida de lastre no deshace necesariamente el nudo del alma. Cuando cierran el disco dando gracias a la democracia y al estado de derecho, no puede uno más que erizarse con ellos y agradecerles nuevamente un viaje tan honesto y entretenido.

"Summer in Siam" en la cocina.


Publicada aquí Vida de Motel, la sentida y paralizante novela de Willy Vlautin, cantante y compositor de la banda Richmond Fontaine, casi es inevitable recuperar el reflejo sonoro que poco antes conformó The Fitzgerald. Un álbum que era casi un libro de pequeños relatos acústicos, de ribetes duros y gastados como las vidas de los personajes que nos presentaba, y que al igual la obra literaria, incluía también unas bonitas y alusivas ilustraciones de Nate Beatty. Sombras de personas, y personas a punto de convertirse en una mancha oscura a través de un viaje con pocas oportunidades y menos posibilidades de salir adelante.

El Sr. Vlautin es de los que piensan que no hay juicio moral que valga ante una buena historia, sólo la ternura de los que sólo se tienen los unos a los otros. Para ratificarlo, basta recurrir a la quietud subyugante de Making it back, declaración a media luz entre pocas palabras y un abrazo como único cobijo.