domingo, 8 de marzo de 2009

Dark Was The Night.

Red Hot Organization es una asociación que desde principios de los 90 viene trabajando con el fin de recaudar fondos, concienciar e informar sobre la gravedad y presencia del virus del sida y sus afectados. Y lo venía haciendo mediante la publicación de discos recopilatorios que reunía generalmente canciones grabadas para la ocasión bajo un movimiento musical, concepto o estética común. Es por ello que no son compilados al uso sino misiones de cierta ambición si ya se atiende a la seriedad con las que se seleccionan y contribuyen sus participantes.

De los que he podido escuchar algunos son sólo correctos como el dedicado a las canciones de George & Ira Gershwin (a pesar del deslumbre de su plantilla) y otros entretenidos y hasta indispensables como los relativos al “movimiento de rock latinoamericano” o el que albergaba lo más nuevo de las propuestas lusofonas. Ahora, la serie se recupera con Dark Was The Night, el cual, obedece a una selección estratégicamente confeccionada que reúne unas cuantas canciones inolvidables en un generoso retrato del indie norteamericano.

Con la dirección artística de los hermanos Dressner (los gemelos de The National) llaman a filas a veteranos del “alternativismo” como David Byrne, Kronos Quartet, Stuart Murdoch o Yo La Tengo, jóvenes clásicos de la Gran Canción Americana como Sufjan Stevens, Conor Oberst, My Morning Jacket o Cat Power y laureados y dignos continuadores de la tradición independiente como Beirut, Arcade Fire, Grizzly Bear o Bon Iver. Y lo dicho, aquí hay un montón de música imperecedera y como ejemplo, el dueto que se marcan Ben Gibbard (Death Cab For Cutie) con la cantante Feist o la “canción río” que regalan The Decemberists.

jueves, 5 de marzo de 2009

Teach me how to shine.



Una guitarra perezosa marca la pauta en esta canción frágil antes de que asome la voz contenida de Glen Hansard. Luego, un paso lento a punto de quebrarse en cualquier momento y hasta cuando se derrama la electricidad, con sumo sigilo. Un viaje hasta la playa retenido o rememorado dentro de este artefacto atemporal donde destacan esos paisajes urbanos acogedoramente decadentes y el paseo relajado de sus protagonistas; quienes, ante la confusión y apatía reinante, pretenden trascender buscando respuestas por medio de una suplica a una estrella que se me antoja de cartulina. En Dance the devil.. (1999), The Frames y antes de liberarse completamente con su siguiente disco, entregaban clásicos de su repertorio como Star Star, que no detiene el tiempo pero que siempre logra perdurar.