domingo, 9 de mayo de 2010

Hollow Men.



Convocando al folk-rock británico desde una escudería como Warp, identificada con la "música electrónica inteligente", GravenHurst son lo que se esperaba de ellos. Fieles a Sandy Denny y aquí, ejerciendo de ominosos transmisores de un cuento moral y oscuro.

Treme.


Treme es una serie enmarcada en la ciudad de Nueva Orleans en los meses inmediatamente posteriores al huracán Katrina. Avalada por el creador de The Wire, el enorme fresco policiaco de Baltimore, recupera alguno de sus actores y se sirve de multitud de historias cruzadas para explicar el devenir de una ciudad devastada por los elementos y por la falta de diligencia gubernamental. En ese recorrido coral brilla un aprecio por el detalle, desde la comida hasta los desfiles callejeros y una querencia musical, muchos de sus personajes son músicos o bien entregados aficionados, mientras como en una de esas historias post-apocalípticas se describe como se intenta construir un simulacro de rutina o bien como se reanuda la vida tras el desastre. En el primer capítulo tiene una breve aparición Elvis Costello interpretándose asimismo y en una escena la mar de significativa.

domingo, 2 de mayo de 2010

Caminos cruzados en el Arbolé.


Como vives un concierto depende mucho del ánimo con el que te enfrentes/entregues al mismo. Esta semana, ha coincidido así y he visto unos cuantos en el Muévete Weekend de la sala Oasis y en cada uno, y como sucede en los festivales, predominaba un ambiente diferente: desde la rendida calidez de Tachenko hasta la jubilosa reverencia que ofrecieron a The Posies, pasando entre medio por el clímax propiciado por los fans con Lori Meyers o el público intimidado y descreído ante el rock negro de Tokyo Sex Destruction. El primer puesto del podium se lo puedo dar tranquilamente al magisterio de The Posies porque sencillamente, el concierto de presentación de Bandada Marina en el Teatro Arbolé el pasado viernes, jugaba directamente en otra liga: la de los eventos que sin haberlo previsto, y asumiendo el riesgo de que esto suene rimbombante, terminan desprendiendo el embargo de una emoción que resulta única.

Cada uno lo viviría a su manera pero era innegable que conforme fue avanzando el concierto, las canciones que nos iba regalando Alfonso Casasnovas, ahora pues como Bandada Marina, con mención especial para su hermana Piluka Casasnovas a las voces de acompañamiento y multitud de instrumentos y por supuesto Jaime Lapeña al violín, se iban impregnando del ambiente familiar y de la camaradería que llenaba el teatro, la melodía de Thousands Are Sailing de The Pogues ensamblada a Buscando, la inesperada entrada de la armónica de Gran Bob, el griterío y las pequeñas zancadas de los niños que corrían y bailaban en la primera fila, la honesta intensidad de Silavería o el inesperado y solemne punto y aparte de los Trucos de San Antón fueron algunos de los detalles mágicos que atravesaron el concierto.

Y terminada esa primera parte, la cosa fue todavía a más con recuerdo incluido para los que seguíamos a El Bosque, anterior banda de Alfonso Casasnovas, con un Detrás de unos versos tamizado por una cadencia percusiva casi caribeña y una selección de versiones que como decía mi amigo, ponía de manifiesto todas las conexiones: If I were Carpenter, una perfecta y desnuda Promesas rotas de Más Birras y por supuesto, un expectante Juanjo Javierre en lo que fue también un homenaje a una gran canción de su banda Mestizos, además de una algarabía musical de esas que quitan las penas y hacen que broten los abrazos. Y parafraseando a Casasnovas, como todo lo bueno vuelve, aún hubo propina para otro final, el de nada más y nada menos que Fisherman´s Blues de The Waterboys, canción poderosa y memorable versión, que nos halló en la platea completamente iluminados. Light in my head.