Carey Ott es un antiguo empleado de banca de Chicago y Lucid Dream su único disco hasta el momento. Y uno de los mejores que salieron en el año 2006. Una vez más, no hay ninguna novedad y al tiempo, una impronta magnética. Con una voz más del british pop que del american rock, sonando lánguida a veces y firme otras, desgrana doce canciones que son imágenes y que se antojan siempre compuestas con colores primarios como los que componen la portada del disco. Los teclados, en dialogo continuo con las guitarras sin estorbarse, visten este pop-rock con algún filo soul o folk y con letras rendidas, delirantes e instantáneas. Daylight o Sunbathing son dos temas destacables de este disco que hace ya bastante tiempo que forman parte de los enseres que prefiero no dejar muy lejos.
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