Las extraordinarias dotes narrativas de Rubén Blades volvían a fascinar y conmover a partes iguales con Sicarios. En uno de sus discos más “para adentro” y en el que daba con una suerte de sonido “panamericano” hilvanado con cuerdas y percusiones, aún quedaba hueco para informar y para denunciar. Quizás su mejor relato musical desde Desapariciones.
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