Hay resignado consenso popular cuando las canciones y la voz se reconocen. Saltan las escamas hasta de los buceadores más duros. Si bien los cortes rezuman clasicismo, lo supera surcando hacia la obra atemporal, bebiendo de las fuentes pero abriendo una senda propia sin importar si se hizo en el siglo XX o en el XXI. Ahora es cuando hablamos de eso de que si se tiene o no se tiene porque Elvis Perkins (el autor) no es más que un primerizo escritor de canciones y sin embargo, su huella parece la de alguien mucho más pesado. El resto es ya condimento y alineo, el personaje y sus trágicos antecedentes familiares, el estupendo diseño del envoltorio, el sello que lo acoge . Ash Wednesday es un reflejo sobrecogedor de la (su) vida y aunque intentes pasar, reclama poderosamente tu atención.
No hay comentarios:
Publicar un comentario