Resulta, creo yo, que The Shins encontraron un sitio propio, en su caso, una madriguera amueblada y con iluminación y ventilación natural. Oh, inverted world (2001) y Chutes too narrow (2003) eran fantásticos y regenerantes porque presentaban a una banda desprejuiciada y muy suya que lo mismo echaban mano de su acomodo cotidiano que de sus aspiraciones cósmicas. Wincing the night away (2007), con la hábil mano de Joe Chiccarelli ( Beck, U2) es fabulosamente expansivo y colorista.
Después de convertirse en una referencia entrañable en películas como Elizabethtown y sobre todo con Algo en común (Garden state) han fabricado un disco de eco acuático y sesentero, sin linderos, lleno de imágenes inesperadas que respiran entre esas melodías poliédricas e inolvidables. Todo ello, armado con la cautivadora voz de su líder James Mercer, en un primer plano merecido y con esa voluntad melodramática en las letras mas firme que nunca. Si en la citada Algo en común su protagonista se quedaba embobado mientras miraba a Natalie Portman a través de la música de The Shins que va a haer este chico cuando le ponga Australia o Turn on me. Que hagan la segunda parte.
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