Con Terra Firma, Wolfstone, banda escocesa y referente histórico del rock celta y el folk-rock en general, se renuevan con otro cantante y compositor, con unas canciones que respiran sol, verde y agua en su disco mas completo en años. Lo que hacen, no responde a un plan premeditado e interesado de fusión de estilos sino que bebe de la más absoluta y simple cotidianeidad. En la era de la "información", ¿cómo se percibe a Bob Dylan desde Inverness cuando te hartaste de recitar versos de Robert Burns y de escuchar a Dick Caughan? No se tampoco como reciben el pop de “radio formula” pero de todo queda en las canciones de Terra Firma.
Desde The Half Tail Wolfstone no se terminaban de encontrar, sufriendo en todos los discos la carencia que supone que las canciones cantadas quedaran siempre ensombrecidas por las instrumentales, lo cual perjudicaba sin remedio al resultado final. Stuart Eaglesham era un cantante aceptable pero Ross Hamilton es mejor, y es inteligente por el primero, ceder y limitarse a segundas voces cuando la banda lo requiere. Con el anterior, Almost An Island, se inicia la recuperación pero tocan techo con las tonadas y así, se presenta necesario un replanteamiento: recular, respirar, observar y decidir. La supervivencia del perro negro esta asegurada con este disco de producción saturada pero perfectamente encajada.
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