La Habitacion Roja merecen reconocimiento rockero porque en este país tan presto a la distribución por escenas, lo llevas crudo para trascender una fama. Y eso es un hecho pero poco justo. Al margen de ello, me parece el ultimo disco el mejor de todos. Con una portada muy castiza, diría yo, Cuando ya no quede nada te da consistentes motivos para reengancharte o sumarte a la ruta de la banda valenciana.
Nuevamente produce Steve Albini, personalidad que no requiere presentación y “héroe de los bajos”. El sonido es más duro si cabe que el que encerraba su anterior Nuevos tiempos. Se deshacen de accesorios, se condensan y ahí es cuando dan su verdadera medida. En las producciones españolas (y de fuera) hay mucha basura que no deja ver el bosque por eso es tan refrescante este disco en el que se percibe a los instrumentos respirando. Hay cosas nuevas, como esos pasajes instrumentales en alguna canción que no se limitan al conocido crescendo de guitarras. Además, se muestran muy firmes en las letras, conmoviendo de nuevo en el terreno “amoroso” y enrabiando en los momentos socialmente más concienzudos. No quería hablar de tesón pero cuando los resultados son buenos, no queda más remedio. La vida moderna, Hoy, Tened piedad del expresidente o Los amantes y la paz, certifican.
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