domingo, 4 de mayo de 2008

Recordando a Aidan Bartley.

Hace diez años que en la discográfica zaragozana Grabaciones en el Mar se publicó Between the Gutter and the Stars, obra del irlandés Aidan Bartley y disco excepcional e inesperado que hermanaba con naturalidad el folk anglosajón y el pop en unas canciones de temática amorosa en su mayoría que no disimulaban su querencia romántica en el sentido más decimonónico de la palabra.

Todo ello, había sido grabado en un estudio de la Barcelona de 1992, casi de tapadillo y en una época en la que el talante errante del músico había sido llevado a sus últimas consecuencias en una huída sentimental a la deriva. El caso es que después de pasar por dicha ciudad, Bartley recaló en Zaragoza y se instaló allí por algunos años. Pedro Vizcaíno, jefe, espíritu y "todo" de Grabaciones en el Mar, lo escuchó y lo publicó, permitiendo así que estas canciones compuestas en un especial “estado de gracia”, no se perdieran para siempre o al menos, no se perdieran por unos cuantos años más.

Between the... a base de una instrumentación cuasi acústica, de guitarra, bajo, violín, acordeón y percusión, obtiene en la grabación un ambiente entrañable, ofreciendo diez canciones, oscuras a veces, inquietantes otras y con una pretendida alegría nostálgica en alguna. Exceptuando Foreign legion y Dry stone walling, todos los demás temas hurgan en la herida amorosa, rememorando triste o despechado los momentos vividos (Fade away, Did your prince ever come? o Blue) hasta llegar a ese torrente final asumiendo lo pasado ( Waltz of regret ).

El tiempo transcurrido nos revela que parece que no se publicó en el momento más apropiado o por lo menos, ahora, con un “renacimiento folk” tan presente, es presumible que hubiera despertado más interés. Con todo y con amparo nuevamente de Grabaciones..., Aidan Bartley publicó Soulstream (1999), distinto a Between the... pero igualmente brillante, mostraba su interés por Philip Glass y los minimalistas contemporáneos, “europeizando” a Leonard Cohen y homenajeando a Kurt Weill en unas canciones estremecedoras de huesos, cuerdas y piano.

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