sábado, 25 de diciembre de 2010

El significado de la Navidad.


Como no puedo proveer de una copia a todo el mundo, aquí va mi set-list recomendado para un recopilatorio de canciones navideñas y que cada uno/a se las componga. Y si no, me lo dices y te lo grabo, que no me cuesta nada. Feliz Navidad.

1. Donna and Blitzen Badly Drawn Boy
Maravillosa canción rescatada de uno de mis discos favoritos, la banda sonora de Un niño grande (About a boy). Un tierno merry christmas y todo lo demás un crescendo que no cesa, adoptando la forma de un majestuoso villancico de interiores.
2. Soul Dan Bern
El incansable y dylaniano trovador judío en una canción de rotundo estribillo que rescata de una memoria popular que no existe. Máxima inspiración.
3. Rey Mago de las Nubes León Gieco
Lujoso acompañamiento americano para esta preciosa dedicatoria a los niños del mundo pero sin sonrojo.
4. Christmas is going to the dogs Eels
El hombre bajo el nombre de Eels encuentra en la Navidad un escenario idoneo para dar rienda suelta a su actitud furruña. Echando pestes con esa melodías te quieren más.
5. The day I saw Bo Diddley in Washington Square Willie Nile
Villancico que sólo lo es en la forma aunque celebra un día que ya no puede ser más señalado. Celebración irlandesa desde el corazón de N.Y.
6. Ave Maria Eleanor McEvoy
Clásico revisitado desde la cercanía habitual de la irlandesa, con su gusto para los arreglos y esa espiritualidad espartana tan suya.
7. Muhammad Ali (The Meaning Of Christmas) Greg Trooper
Todos querrían componer canciones como Greg Trooper, joya escondida de Nashville y siempre certero recreando sus postales vitales. Te podía haber pasado a ti.
8. God Rest Ye Merry Gentlemen/We three kings Barenaked Ladies & Sarah McLachlan
Las damas desnudas se pasan al western campestre y la Machlaclan baja por una vez a la tierra para insuflar nueva vida al clásico navideño.
9. Hey Santa Royal Crown Revue
Lo de Royal se lo han ganado a puro de descarados cañonazos como este. Imposible resistirse ante el llamamiento papanoelonico del swing angelino.
10. Maybe this Christmas Ron Sexsmith
Breve reiteración de la apabullante pericia melódica del canadiense. Ron Sexsmith debería estar componiendo siempre villancicos de esos que dan calor pero no lo son.
11. A Christmas duel The Hives & Cyndi Lauper
El duelo en la Alta Sierra de la musa que tenía una voz como un estilete y los minusvalorados tiranosaurios suecos.
12. When they ring the golden bells Heidi Talbot
Estupenda recreación del clásico de dominio público a cargo de otra irlandesa - celta - de alta graduación.
13. New York is a Christmas kind of town Marah
Para Navidad, salimos del barrio, vamos al centro y es un no parar. Como vivir en una postal.
14. Hallelujah Keren Ann
Esto es darle la vuelta al estándar coheniano sin que lo parezca. Hay algo aquí que no lo tiene ninguna de las otra versiones.
15. Fairytale of New York Jesse Malin & Bree Sharp
El más difícil todavía se salda con una diana. La fanfarria celta se asfalta y nace una nueva historia. Cuento de Navidad y los sueños se hacen realidad. Al menos, hasta la próxima parada.

domingo, 19 de diciembre de 2010

¿Cambio de vida?


La portada del último disco de The Thermals, con ese micrófono y ese cohete recién despegado casi hace pensar en Crónicas Marcianas de Ray Bradbury, compartiendo cierto desencanto y advirtiendo sobre esas pasiones que no tardan en desviarnos rumbo a la autodestrucción. No sabemos si esos dos están a punto de besarse, haciendo coros o bombeando su último suspiro pero consiguen mantener la expectación. Personal Life no es tan bueno como el anterior Now we can see, ni mantiene el mismo grado de exaltación pero conserva la concisión como virtud, además de alguna gran canción más. Y su cantante, sigue declamando con riesgo y autoridad. Él no lo sabe pero es el Mike Scott del indie-rock.

Extraños como nosotros.



Neko Case es un ente perturbador, ya sea como parte de la armada pop de The New Pornographers o como femme fatale del americana. No se en que momento pasó de mirarte desde detrás de la luna de una cafetería a ponerse a hacer canciones como agujeros negros. Los saltos cuánticos eran esto.

Caminando lento.


Grata sorpresa la nueva entrega de Los Pericos, banda argentina convertida en uno de los máximos exponentes del reggae "en español". Este disco, tenía que llegar un día u otro, una celebración vertebrada en una compilación de clásicos con nuevos enfoques y con mucho lustre, gracias a la colaboración de gigantes del género como Toots Hibbert o el recientemente fallecido Gregory Isaacs - gigante en Mucha experiencia-, además de un nutrido grupo de amigos cercanos encabezados por el brasileño Herbert Vianna. Aquí se dejan de experimentos y se recrean en su lado más modélico, ralentizando si es preciso y ratificando su presencia, más allá del abandono de Bahiano, el que fuera su carismático cantante. Estupendo volver a escuchar Sin cadenas, Waitin´o la poderosa Amandla.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Wake.


Lo de las “nuevas músicas” y la new age fue un cataclismo de género. Desde las comisiones que etiquetaban los discos, los alabarderos del “file under” sólo contribuyeron a fortalecer el elitismo del jazz y de la clásica. Fueron tantas las teorías que ensayaron en sus cuerpos vampirizados que al final no los reconocieron ni sus padres. Y así hasta esas venenosas portadas de tonos pastel que anunciaban “sonidos de la naturaleza”. No sé donde se empezó a estropear todo.

Habitantes ocasionales y forzosos de esa tierra condenada a desaparecer, Dead Can Dance desarrollaron su carrera parapetados por un sello de rock mutante como 4AD, adecuada presentación para un una banda que era un dúo compuesto por Lisa Gerrard y Brendan Perry que se manejaba entre formatos pop y la investigación etnomúsical desde postulados clásicos.

La fabulosa recopilación de 2004 titulada Wake constata la habilidosa elegancia con la que resolvían la ecuación de cuando la música contemporánea se reconocía en el barro alternativo y se hacía entretenida. Lo de la Gerrad es de escalofrío pero canciones como The Carnival is Over se te enganchan.

En la montaña "todo es ella".



Uno Rojo División de Choque: El cuelgue con Eduardo Galeano desembocó en una descarga de funk-rock de guerrilla, enfebrecido de referencias panalatinas alucinadas. Como en un Apocalipsis Now nicaraguense, quemando y saqueando desde el corazón de la sierra hasta el Estadio Obras.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Envidio a Dan Baird.

Porque se sube al escenario con lo primero que pilla del ropero y se presenta con un entusiasmo que no sabes si se va de marcha o acaba de conocerse, como cuando luego te explica que se acercaba a Zaragoza, millas de estepa semidesnuda y lo flipa cuando se da de bruces con la urbe. Y se conoce de memoria por lo menos sesentaiseis palos del rock and roll, y se sacude y retuerce acompañado de tres tipos feos que se presentan con el feliz nombre, imposible no aplaudirlo, de Homemade Sin. Y porque canta orgulloso, invitando al coro, un pequeño hit que reza I love your period y riega el suelo del escenario como cuando The Georgia Satellites y entre una cosa y otra, le produce discos a mi admirado Chris Knight. Y al final, con una camiseta empapada y los mechones pegados a la cara, canta Helpless y no pide disculpas por no ser Neil Young.

domingo, 25 de julio de 2010

A Song For You.



La última encarnación de Whiskeytown se manifestó para contribuir a un homenaje discográfico a Gram Parsons. Eligieron o les encomendaron esta A Song For you, canción río que se revela aquí majestuosa y que más que ser interpretada parece ser convocada para envolver y transportar a los músicos que concurren en el escenario. Un Ryan Adams consciente y frágil oficia el ritual y con Caitlin Cary y James Iha entre otros acompañándole, terminan deshaciéndose dentro de la canción.

Ear Bleeding Country: The Best of Dinosaur Jr.


Los discos de grandes éxitos devienen en producto perecedero en cuanto tienes un mínimo interés por el artista o banda de turno. Nos es fácil encontrar un best-of que bien sea por la selección, la secuenciación de las canciones o la presentación aspire a ser escuchado una y otra vez, levantando la cabeza y haciendo valer su singularidad ante el resto de discos que le han servido de nutrientes. Este recopilatorio de Dinosaur Jr. de 2001 merece ser destacado como el mejor disco de estos depredadores eléctricos y eso aún a pesar de que despacha rápidamente su mítica primera parte, la de los inicios en los 80. Eso sí, puedes escuchar Repulsión, Little Fury Things o Freak Scene, faltaría más. La gracia está en que no se deja nada de lo bueno de las sucesivas mutaciones del dinosaurio en los 90 e incluso recoge algún tema de J Mascis en solitario y hasta una canción incluída en una banda sonora. Todas imprescindibles. Y cuanto bien hacen todas estas canciones juntas. Los alaridos, las suplicas, el asqueo de Mascis, trasvasado directamente desde su cabeza a un aparato de ruido con melodías y viceversa. Ahora que el trío primigenio ha regresado con los monumentales Beyond y Farm hay que escarbar un poco para saber hasta donde lleva el agujero.

domingo, 18 de julio de 2010

Picnic robótico.



Y en la entrada anterior citaba a Damien Rice y por asociación de ideas, aquí está este video del disco debut de su antigua compañera musical: la simpar Lisa Hannigan. La canción Keep it all es una amalgama de sonidos orgánicos, balsámicos y ensamblados hasta la ensoñación. Puro bucolismo futurista en plena regresión al Planeta Prohibído.

The Alphabet of Hurricanes.


Tom Mcrae es un “cantautor” británico que participa musicalmente de esas corrientes trasatlánticas de ida y vuelta que parte de las Islas para refrescar y nutrir las tierras americanas y viceversa. Una vieja historia, vamos. Su estilo y aspiraciones siempre lo han dejado un poco en tierra de nadie, muy apreciado quizás por los aficionados al folk de autor más canónico y algo lejos de heterodoxia alternativa. Su último disco, presentado bajo el críptico título The Alphabet of Hurricanes es uno de estos que puede que le vuelva a dejar en un terreno un tanto tibio pero en el que el la calidad de las canciones y sobre todo, el cuidado de los arreglos, economía de medios sabiamente dispuesta, lo hacen crecer poco a poco. Igual pasa con las letras, que tras esa sencillez, acaba reportando una inusitada intensidad en unas historias y unos retratos de notable profundidad. Por si fuera poco, todo se redondea con una voz expresiva y sentida que gustará a los que por ejemplo disfrutan de Damien Rice. La confusión y las dudas que acompañan a Still love you o Told my troubles to the river, el sobrecogimiento de la gran Summer of John Wayne, la catarsis de Please o la preciosa canción de amor sin más que es Cant´t find you son prueba de la claridad de ideas y de la contundente transmisión de este hombre.

sábado, 12 de junio de 2010

Cinta recopilatoria.



Ese mensaje magnético, soterrado, encendido, confuso a veces pero siempre fruto de una necesidad y de una entregada concentración. No estoy totalmente de acuerdo con las pautas que para su confección facilitaba John Cusack/ Nick Hornby pero sí coincido en que cuando estás en estas el fin siempre justifica los medios. Tift Merrit también. Y que dificil era que cupieran todos los títulos de las canciones.

domingo, 9 de mayo de 2010

Hollow Men.



Convocando al folk-rock británico desde una escudería como Warp, identificada con la "música electrónica inteligente", GravenHurst son lo que se esperaba de ellos. Fieles a Sandy Denny y aquí, ejerciendo de ominosos transmisores de un cuento moral y oscuro.

Treme.


Treme es una serie enmarcada en la ciudad de Nueva Orleans en los meses inmediatamente posteriores al huracán Katrina. Avalada por el creador de The Wire, el enorme fresco policiaco de Baltimore, recupera alguno de sus actores y se sirve de multitud de historias cruzadas para explicar el devenir de una ciudad devastada por los elementos y por la falta de diligencia gubernamental. En ese recorrido coral brilla un aprecio por el detalle, desde la comida hasta los desfiles callejeros y una querencia musical, muchos de sus personajes son músicos o bien entregados aficionados, mientras como en una de esas historias post-apocalípticas se describe como se intenta construir un simulacro de rutina o bien como se reanuda la vida tras el desastre. En el primer capítulo tiene una breve aparición Elvis Costello interpretándose asimismo y en una escena la mar de significativa.

domingo, 2 de mayo de 2010

Caminos cruzados en el Arbolé.


Como vives un concierto depende mucho del ánimo con el que te enfrentes/entregues al mismo. Esta semana, ha coincidido así y he visto unos cuantos en el Muévete Weekend de la sala Oasis y en cada uno, y como sucede en los festivales, predominaba un ambiente diferente: desde la rendida calidez de Tachenko hasta la jubilosa reverencia que ofrecieron a The Posies, pasando entre medio por el clímax propiciado por los fans con Lori Meyers o el público intimidado y descreído ante el rock negro de Tokyo Sex Destruction. El primer puesto del podium se lo puedo dar tranquilamente al magisterio de The Posies porque sencillamente, el concierto de presentación de Bandada Marina en el Teatro Arbolé el pasado viernes, jugaba directamente en otra liga: la de los eventos que sin haberlo previsto, y asumiendo el riesgo de que esto suene rimbombante, terminan desprendiendo el embargo de una emoción que resulta única.

Cada uno lo viviría a su manera pero era innegable que conforme fue avanzando el concierto, las canciones que nos iba regalando Alfonso Casasnovas, ahora pues como Bandada Marina, con mención especial para su hermana Piluka Casasnovas a las voces de acompañamiento y multitud de instrumentos y por supuesto Jaime Lapeña al violín, se iban impregnando del ambiente familiar y de la camaradería que llenaba el teatro, la melodía de Thousands Are Sailing de The Pogues ensamblada a Buscando, la inesperada entrada de la armónica de Gran Bob, el griterío y las pequeñas zancadas de los niños que corrían y bailaban en la primera fila, la honesta intensidad de Silavería o el inesperado y solemne punto y aparte de los Trucos de San Antón fueron algunos de los detalles mágicos que atravesaron el concierto.

Y terminada esa primera parte, la cosa fue todavía a más con recuerdo incluido para los que seguíamos a El Bosque, anterior banda de Alfonso Casasnovas, con un Detrás de unos versos tamizado por una cadencia percusiva casi caribeña y una selección de versiones que como decía mi amigo, ponía de manifiesto todas las conexiones: If I were Carpenter, una perfecta y desnuda Promesas rotas de Más Birras y por supuesto, un expectante Juanjo Javierre en lo que fue también un homenaje a una gran canción de su banda Mestizos, además de una algarabía musical de esas que quitan las penas y hacen que broten los abrazos. Y parafraseando a Casasnovas, como todo lo bueno vuelve, aún hubo propina para otro final, el de nada más y nada menos que Fisherman´s Blues de The Waterboys, canción poderosa y memorable versión, que nos halló en la platea completamente iluminados. Light in my head.

viernes, 2 de abril de 2010

Civil War.



Cuando los broches se regalaban en las entradas de los salones de baile, existía un profundo sentimiento de camaradería entre todos nosotros. Siempre familiar. “Por favor, quítese el sombrero y déjeme su abrigo”. Vivimos aquellos años procurando por el respeto que nos debíamos. Pintábamos las fachadas y la lumbre no era un pálido simulacro de las estrellas sino un modo de obtener calor en las noches más desnudas.

This Fucking Job.

Me encanta ver a David Letterman presentando la actuación valiéndose del vinilo. Y en esta ocasión Drive-By Truckers, sobre un primario leit motiv de guitarras adosadas construyen una seca y resignada declaración que resume perfectamente el título de la canción. Nadie me dijo que sería fácil.

domingo, 21 de marzo de 2010

El mes de la abundancia.


Siempre quise decir que este es E.M.D.L.A., y de repente llegó una mañana de marzo. He tenido que desplazar hasta a "los inevitables", aunque permanecen a mano en el estante blanco. Steve Earle, The Frames o toda la Logia de ese “nuevo folk escocés” que conforman una escena extraordinaria (sólo en mi casa), duermen una cabezada. Al ladito, junto a esa pequeña bestia negra de ojos rojos e incandescentes que con ordenes inapelables, remotas o no, lo mismo te induce a un sopor emocional, lo mismo hace guitarrear a mis amigos, se esparcen mis últimas recurrencias sonoras. Seré breve, sin orden de prioridad e incluso sin que esto suponga una lista tasada pues también merecerían reposo Rod Jones, Floggin Molly, Quique Artiach, Lenine o hasta Norah Jones : There is no enemy/ Built To Spill, que me enganchan una melodía y me convierten a ese pop-rock-indie elástico, efervescente, con inagotables recovecos a pesar de su aparente formalidad. Universal/ La Habitación Roja, insuperables en el que es ya mis disco favorito de ellos, te permite desquitarte del reproche al tiempo que espolea tu “sentimiento de pertenencia”. A chorus of storytellers/ The Album Leaf, otro gran título para este placentero desplegable de post-rock, electrónica campestre y folk delicado; The Big To-Do/ Drive by Truckers, vamos que el título te lo dice todo, loable ejemplo de “evolución” bien entendida, más rockeros que en el anterior, para mí, recuperan la pegada de antaño y con la última canción te dejan preguntándote como han hecho eso. Y Bandada Marina, porque es un disco muy esperado y en su resultado, especial de verdad, con esa acústica cotidiana y esos cantos y esos chiflos. Los mejores viajes, cortos en distancia y perdurables en el tiempo.

sábado, 20 de marzo de 2010

Duelos de interior.


En los AVES no acabo de sentirme a gusto del todo viendo una pelicula; o puede que sea que ante el rival casi imbatible del iPod sobre el paisaje de la ventanilla, hay poco que discutir. Y aunque no pillo el tren con habitualidad, recientemente en dos viajes cercanos en el tiempo emitieron El desafío: Frost contra Nixon y por dos veces, con los Dropckick Murphys o Badly Drawn Boy de banda sonora, no podía dejar de mirar como a su vez se miraban los personajes de esta pelicula. Todos sabiendo lo que tenían que hacer y el espacio que tenían que llenar, revelándose en ejemplares apretones de manos, retándose con comentarios afables de bienvenida, siempre preocupados por hacer bien su trabajo y nunca por nada que no podían controlar. Y cuando me agencié la pelicula y ya en casa, me permití verla con sonido. Ron Howard, para mí, durante mucho tiempo, ningún ejemplo de sutilidad, me ha terminado convenciendo a base gestos.

domingo, 14 de febrero de 2010

The Lea Rig.



Recordar al poeta y campesino Robert Burns, gloria escocesa, es una buena manera de sucumbir al calendario. Roddy Woomble (uno de mis cantantes favoritos) mece la canción con su imperturbable serenidad mientras que el violín del gran John McCusker pone a flotar la melodía.

Let the dominoes fall.

En Let the dominoes fall hay una vuelta a lo básico con estupendos resultados. Punks, rocncaroleros, sincopados y folkies, Rancid renuevan su vigencia con un disco exultante y en el que se reivindican como referentes de la escena. La distinción de esta gente es modelar unas composiciones a base de guitarra-bajo-batería, despojándose de efectos y sobreañadidos y demostrando que la veterania no es una excusa para sacar discos. Y además está Civilian Ways, otro himno (pero esencial) para seguir respirando en el camino, aunque el polvo arrecie.

Adiós Tormenta.


Y parece otro más pero no lo es. Fabián, un cantautor de León, de aparente corte americano, obtiene oro, allí donde otros hallan mimetismo acartonado y superficial. Basta escuchar la cuidada reinvención de Todo lo demás del Calamaro de Alta Suciedad para apreciar la diferencia. Y es que Adiós Tormenta es un disco tan cálido y tan bien arreglado en su buscada voluntad melancólica que ya me resulta imprescindible. Una suerte de pop-folk mesetario y de provincias, alejado de los vicios urbanos más recurrentes. Hay aquí buenísimas canciones (Horas de luz, Lugares o la misma que da título al album), todas ellas aunadas por un tempo pausado y sin grandes afecciones. Evocación sonora de imágenes borrascosas, ocres o a media luz consigue además, lo más difícil: trasponer unas formas eminentemente anglosajonas a unos parajes locales y propios hasta armar un cancionero con matiz autóctono.

End Times.


En esa especie de “memorias” que acaban de traducirse, el fabuloso y disfrutable Cosas que los nietos deberían saber ( cuidadísima edición a cargo de la nueva editorial Blackie Books) Mark E. Everett, el hombre que se oculta al amparo de Eels, relata y transmite su decepción y temor cada vez que, terminado el disco, es rechazado por los ejecutivos de la discográfica de turno. Y a pesar de que ya son muchas las publicaciones y hay un patrón reconocible, es patente la impresión de que cada vez le preocupan menos esas recepciones negativas. Al escuchar la estremecedora The beginning, reverso oscuro de muchos de sus temas de amor costumbrista, creo apreciar que algo ha cambiado en su manera de hacer canciones. Todavía reciente el eufórico Hombre Lobo, este End Times, aunque de acogedoras melodías, es de escucha más árida y guarda algunas revelaciones para el oyente paciente.

domingo, 17 de enero de 2010

This land, is my land.


Publicado ya en octubre, merece recuperarse el artículo Viaje, carretera y pasisaje, de Steinbeck a Kerouac. Fotógrafos americanos del siglo XX. del interesantísimo blog ¿Dónde está el depósito? y otra fabulosa bengala transversal que personalmente, agradezco que me ilumine, para reencontrarme una vez más con Vidas rebeldes de John Houston, con el Rumbo a la gloria de Woody Guthrie, con la canción Where corn don´t grow o con la misma Crisis de la cebolla. Imagenes que me traen un eco absolutamente familiar y que sobre todo, aprovechan a la memoria.