domingo, 12 de junio de 2011

Mouth to mouth.


Una vez dominado por completo un estilo que bebía por igual del rock y del punk, atravesado de música celta y de luminosas melodías pop, Levellers decidieron magnificar y "alternativizar" su sonido en un album sin desperdicio, que si bien les alejaba de los arreglos combativos más evidentes en sus trabajos anteriores - ese violin en primer plano - arrancaba un puñado de buenísimas canciones que, sin hacerles perder sus señas de identidad más reconocibles, les hacían parecer casi otra banda. Si bien en las letras, continuaban sin más con las relaciones personales, la agitación social y la imaginación como medio tranformador y evasivo frente a la confusión y apatía, instrumentalmente se mostraban menos enmarañados, más definidos y hasta con suntuosos arreglos orquestales en algunos temas.


Corría el año 1997 y este disco les brindó la oportunidad de chapotear en las listas de éxitos y obtener un extraño reconocimiento como parte de la pléyade de grupos que nutrían las filas del entonces laureado brit pop. Canciones como Far Away, Celebrate o Dog Train competian comodamente y junto a otras, descubrían una pequeña senda experimental, a su manera, que consolidarían y agotarían en su posterior disco, el notable Hello Pig. Además, en Mouth To Mouth está Beautiful Day, canónica canción que desprende desde el primer segundo y en cuatro minutos toda la melancolía y la gracia que andabas buscando.

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