Hacía tiempo que no ponía un cedé en el reproductor y me señalaba
error. Es lo que me ha ocurrido con este The Way We Move acreditado a nombre de
Langhorne Slim & The Law, que he tenido que escuchar en el discman, aislado con los cascos y de noche. Pequeña anécdota que potencia el aroma de un disco de vocación añeja pero vigente en sus postulados y que sus autores e interpretes, dedican al padre y al abuelo de dos de ellos. Ritmos esqueléticos, apretados y secos arreando con banjos, metales, pianos y una voz que se agota en cada melodía. Las canciones de Lanhorne Slim invitan al alborozo y también a sentarse con la cabeza gacha, tienen el folk y tienen el blues de la memoria, estaban ahí antes y volverán a estar de vez en cuando.
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