domingo, 2 de marzo de 2008

Dirt.

Chris Knight, natural de un diminuto pueblo de Kentucky, escritor de canciones e interprete de historias, casi un medium de la clase trabajadora, al menos de la de su región. Llega ahora, con sombras sin disimular, cubriendo su gesto y su voz, y entre los últimos retratos y novelas con las que sobrecoge en su nuevo disco ( Enough rope, 2006), nos ilustra con Dirt. La rabia legítima de la mirada de los que aún están, e intentan no ser enronados entre la maleza vestida de prosperidad. Los ignoran y su voz es un hilo roto y anacrónico; la misma que escuchan con indiferencia y sonrisa torva las administraciones, constructoras, grandes madereras y sus patéticos consortes. En esta canción, Knight no te lo relata, te lo dice, sin ironía que valga, ni pretensiones líricas ni románticas. En primera persona, testigo del expolio de la tierra, de la que se extrae sus últimas gotas de vida antes de que los estertores se revelen por su grietas.

Los árboles ya no merecen consideración y menos las personas. La tierra, no es más que atrezzo, un escenario en el que, de vez en cuando, cuelga alguna bandera, alguna medalla, algún homenaje desmemoriado e hipócrita. “No digáis que no os lo había dicho”. Criando pero ignorado, para ver ahora como unos recién llegados, en consonancia con el Espíritu de los Tiempos y su educación falseada, y con la connivencia de las instituciones, ostentando especulación, la presentan como actos de “inteligencia, solidaridad y trabajo”.

La lucha que desencadena una conciencia o viceversa no se puede parar, se puede manchar, calumniar y maltratar pero te señala con la misma intención acusadora de siempre hasta que bajas la cabeza. Él no sabe si hay respuesta justa a los pecados de los hombres pero, aún siendo el depositario de un legado que ha sido despojado de cualquier tipo de valor, conserva la palabra si la quieres escuchar. Mientras tanto, ellos, categorizan y clasifican el Patrimonio discrecionalmente como medio de solicitar reconocimiento a su sensibilidad despreciable, otorgando crédito a su adoración al dinero. Tienen más herramientas y motivos... ¿Cuántos árboles cuesta un puesto de trabajo? ¿Cuántos sicarios de esas instituciones y de esas constructoras y madereras van a ser condecorados y obsequiados el día que caiga el primer árbol? Knight tampoco tiene la respuesta pero te transmite el hecho.

Por favor, estate pendiente de ello, pues tratan a la tierra de su padre como si fuera basura. Lo que un día hizo, lo que una vez trabajó, es ya polvo y no se distingue de la suciedad imperante. Ahora que la carrera de las ratas ha comenzado, sólo tienes dos opciones: dejarte llevar por la corriente o decidir cuál es tu sitio.

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